Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 1 usuario en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 1 Invitado Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 20 durante el Lun Jun 08, 2020 3:18 am
Werner Zederick Scheidler H.
2 participantes
Página 1 de 1.
Werner Zederick Scheidler H.
•Nombre•
Werner Zederick Scheidler Hütterott
Fecha de Nacimiento•
24 de Abril.
•Edad•
19 años.
•Nacionalidad•
Alemana
•Tipo de Sangre•
Pura
•Ocupación•
Jefe del Dpto de Regulación y Control de Criaturas Mágicas
Mortífago en secreto.
Descripciones
•Descripcion Fisica•
Es bastante alto, con una complexión bastante atlética. Tiene un cabello color castaño con longitud hasta la nuca. Unos ojos azules como barrera, penetrantes y manipuladores que muchas veces se cubren con su mismo cabello. Una sonrisa fría, encantadora y perfecta que es creada por unos finos labios. Cuando sonríe suelen formarse hoyuelos que le dan un ligero aspecto inocente. Es de una tez muy blanca por el hecho de haber vivido en lugares muy fríos toda su vida.
•Personalidad•
Werner tiene un problema. Percibe las cosas a su manera. Es diferente. Ni mejor ni peor, sólo diferente. Tiene una concepción del mundo tan difícilmente comprensible que a menudo se le atribuyen los atributos -válgase la redundancia- de lunático, excéntrico o peculiar. Nunca, en jamás de los jamases, podrás hacerle entrar en razón, dado que no atiene a opiniones ajenas a no ser que te considere alguien digno. Es una persona demasiado elegante para su época. Reservado a no ser que se le exija o antoje lo contrario. Siempre es consciente de qué dice ya que siempre existe un por qué detrás. No es misántropo, pero desprecia la sociedad como el que más. Sólo cree en la pequeña élite de los verdaderos magos, los puros y eso, hace que aparente ser vanidoso o que se crea un nivel por encima de los demás. El caso es ¿y si realmente lo estuviera? Amante del humor inteligente, la sátira y la ironía. Su mejor amiga es su varita, con la que logra acabar con los desperdicios existenciales y dilemas morales. Más allá de esa apariencia cerrada, nunca renunciará a saber de ti siempre y cuando te considere interesante. Es romántico en el fondo, enfermizamente detallista y demasiado cabezota. A pesar de ser joven considera que ya ha visto demasiado y precisamente por ello, pocas cosas logran sorprenderlo hoy día.
•Historia•
Nací una fría noche de invierno. Decía mi madre que esa noche las ramas de los árboles golpeaban endurecidamente las ventanas de nuestra casa, como si trataran de advertir la llegada de algo más grande y relevante que el primero de los hijos de ese apresurado matrimonio. El caso es que, sí, nací. Sano y fuerte. Con tres quilos cien gramos, ojos azules y gordo: Werner Zederick Scheidler. Mi padre me dijo años más tarde que desearía que al nacer ese mismo día me hubiera ahogado con el cordón umbilical.
Los años pasaron y el sol no dejó de salir. Desde pequeño destaqué por ser algo diferente a los demás, o eso decían mis tutores en las distintas escuelas a las que acudí; no se trataba solo por mi magia, si no por mi forma de pensar. Apenas hablaba con los demás chicos, prefería sentarme a escuchar a los adultos, tratando de entender desde esa tierna edad las reglas en las que se jugaba ese mundo, los desperdicios que se vivían con aquella combinación de sangre. Aprendí a utilizar distintos encantamientos mucho antes que los otros chicos de mi edad, aunque nunca los puse en práctica como ellos dado que no me gustaba practicar lo que me pedían y, por otro lado, cuando me dejaban dar rienda suelta a mi uso de encantamientos, sencillamente me quedaba en blanco. De más mayor comprendí que lo que tenía era vergüenza. Vergüenza de darle un nuevo uso a esos encantamientos que tenían siglos siendo utilizados con la misma función, algún uso que pasaba por mi cabeza y que los demás no parecían llegar a comprender o a percibir como común.
Yo veía el nuevo mundo a mi manera, pero a mí padre no le gustaba mi iniciativa, que solía reprendérmelo a base de golpes o latigazos de cinturón. Lloraba, gritaba, suplicaba y él me perdonaba, a cambio de dejar de prácticar aquellos encantamientos y dejar de leer sobre artes oscuras. Las mismas noches de las palizas, me sentaba en el patio y me desahogaba me desahogaba en él, maldiciendo a mi padre, mandando hechizos y encantamientos a los animales que pasaban y a las plantas que me rodeaban. Escribiendo un ensayo distinto donde proponía un cambio a la nueva sociedad que se había formado después de aquella guerra. Y así pasaron los años, llenando hojas y hojas de un cuaderno que nadie leyó en jamás de los jamases. ¿Qué culpa tenía yo de haber nacido diferente? Con sólo seis años leía toda la colección de libros sobre las Artes Oscuras. Memorizaba cada uno de los hechizos avanzados de los apuntes de mi madre. Imitaba a los más grandes magos de décadas anteriores.
En los años posteriores, cuando tenía seis años, nació Maxinne. En un inicio, mi hermana pequeña parecía una burda copia del bebé rechoncho que fui en su día, pero a medida que iba creciendo me daba cuenta más y más de que esa niña tampoco era normal, al igual que su hermano mayor. Mi madre la mimó y en apenas unos meses se convirtió en la reina de la casa mientras yo me ausentaba en mi habitación horas y horas, pensando. Fue entonces cuando empecé a ver las cosas claras. Mi madre era una santa, mi padre un capullo, el mundo un asco, los jóvenes unos ignorantes y mi hermana una discípula de mi concepción de la realidad. Entonces, todo se jodió una vez más. Recuerdo el olor a quemado de los neumáticos tras el derrape en la curva de la quinta avenida, malditos artefactos muggles que nunca funcionaron. Me golpeé contra el respaldo del piloto. El airbag había saltado pero mi madre parecía dormir plácidamente contra el mismo. La llamé, pero no respondió. Ni ese día ni ningún otro. Fue desde entonces que no pude soportar ni un solo segundo más a esa clase que parecía sentirse superior a nosotros cuando nunca lo fue, era una pérdida de tiempo sus inventos, una plaga que tenía que ser terminada para lograr salvar más vidas.
Dos años más tarde las cosas habían cambiado por completo. De no haber nacido siendo adulto, el accidente me habría obligado a madurar de golpe. Mi padre se limitó a rehacer su vida con una mujer cuyo nombre no me he molestado en recordar. Mi hermana dejó de hablar de repente y la casa quedó muda. Yo escribía y practicaba nuevos hechizos, mi hermana me observaba en silencio, entendiendo lo que yo trataba de hacer del mismo modo que antaño yo me detuve a tratar de entender lo que hacían los más mayores que yo. Era el inicio de una nueva era.. Con mi madre no sólo había enterrado el cuaderno que ella me regaló y en el que maldecía mil veces mi infancia, sino que enterré los miedos a no ser comprendido. Quise publicar el primer de una larga colección de libros cargados de ironía, reflejos burlescos de la sociedad actual y decadencia. Mucha decadencia.
Lo único que logró darle un poco de luz a mi vida fue ella. La pequeña niña que caminaba a lo largo de la calle con sus cabellos rubios danzando al compás de la suave brisa. Mayleth, pronunció cuando le pregunté su nombre y supe que no lo olvidaría nunca. Su vida tampoco había sido sencilla, lo sabía y la comprendía. Admiraba a su padre, que a diferencia del mío, compartía bastantes ideas con mi persona a pesar de ser bastante sobreprotector con su hija. Mayleth compartía bastantes cualidades con su padre, y por ende conmigo.. Una mejor persona no pude haber encontrado. Maxinne no pensaba de esa manera, los celos se apoderaban de su dulce mirada cuando me acercaba a ella.
Estudié en Durmstrang, recibiendo mi carta a la perfecta edad de los once años, esperando que ella me acompañara. No fue así, ella fue a Hogwarts. Fui de los mejores estudiantes del colegio al tener esa gran obsesión con lograr ser el mejor para conseguir mis objetivos. Fui el capitán del equipo de Quidditch mientras estudiaba como una persona como yo lo merecía.
Me gradúa con notas excelentes, encontrando un puesto en el ministerio como Jefe del departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.
Ahora he venido a Hogwarts intentando encontrar gente que quiera unirse a esa nueva causa que estuve escribiendo desde mi infancia, intentando limpiar el mundo de aquella plaga que no merece pasar tiempo con nosotros, mucho menos respirar el mismo aire que los sangre pura.
•Otros Datos•
Escoba:
Barredora 15.
Patronus:
Aguila real.
Nivel Económico:
Alto
Otros:
Materia favorita: Artes Oscuras
Odios: Impuros.
Varita: Nogal, nervio de dragón, bastante flexible, 28’5 cm.
Werner Zederick Scheidler- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 27/07/2011
Re: Werner Zederick Scheidler H.
Ficha aceptada!!!
Bienvenido! completa tus registros y recuerda divertirte
Gracias por elegirnos, ya te doy color y cierro tema
Bienvenido! completa tus registros y recuerda divertirte
Gracias por elegirnos, ya te doy color y cierro tema
Harry J. Potter- Gryffindor; 6º
- Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 16/07/2011
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Vie Dic 16, 2011 7:25 am por Invitado
» Prior Incantato-Harry Potter 3° generación [Afiliación normal] foro nuevo
Miér Oct 19, 2011 10:41 pm por Invitado
» Kingdom Hearts After -Élite-
Miér Sep 21, 2011 2:47 pm por Invitado
» Middle Earth Tales: The Bard's Song
Miér Sep 14, 2011 8:59 pm por Invitado
» Hogwarts Renovatio (VIP)
Lun Sep 12, 2011 4:56 pm por Invitado
» Last Poison ;; Normal [Harry Potter RPG]
Dom Sep 11, 2011 12:44 am por Invitado
» Los Juegos del Hambre [normal, nueva afiliación]
Lun Ago 29, 2011 11:19 am por Invitado
» Amortentia Nature Rol { Afiliacion Vip}
Dom Ago 28, 2011 11:58 pm por Invitado
» Templo de Dioses (Afiliación Elite o Vip)
Sáb Ago 27, 2011 5:49 am por Invitado