You're saying I'm a bitch like it's a bad thing { P a n s y · P a r k i n s o n }

Dentro de ese algunos es donde debe encasillarse a Pansy. Es más, quizás sea ese la única forma de saber que no sus ojos no están secos, pues no suele parpadear muy a menudo, mantiene su mirada fija en aquello que esté mirando, una mirada repleta de orgullo u odio, puede que la única manifestación de que no es de piedra, o al menos su rostro lo es. Junto a éste, se podría apreciar cierta prepotencia, pero no lo es, no la necesita, se basta consigo misma. Cosa que tiene bastante asumida y no le preocupa, para nada. Nada consigue hacerlo, al menos en apariencia, pues posee esa inexpresividad, que no deja traspasar ni felicidad ni tristeza, ningún sentimiento, es más, no los tiene,o eso pretende hacerse creer, por mucho que la gente se empeñe en pensar que es únicamente una faceta, que se ha construído una muralla a su alrededor, para evitar que se le haga daño.

Pero tras el fallecimiento de su abuela, las sonrisas, las pocas veces que las hay, son socarronas, burlonas, que muestran esa superioridad que posee. No se esforzará en dibujar una sonrisa falsa, no las necesita, es perder el tiempo, y eso es algo que Pansy valora, y, pese a que no le gusta vivir con más ataduras que las que su propia familia le ha impuesto, el tiempo se ciñe sobre ella cual corsé excesivamente ajustado. Es tal vez, esa obsesión por el tiempo lo que le ha llevado a pensar rápido, y derivado de esto, ese pensamiento racional, que en contadas ocasiones se ha truncado, dejando paso a sus instintos más bajos,pero por lo general, y a raíz de su falta de sentimientos, analiza cada una de las situaciones rápida y minuciosamente, sin dejar espacio ni tiempo para posibles fallos, pues la Parkinson nunca falla, ha sido, y es, demasiado exigente consigo misma como para poder hacerlo en algo, por eso es que siente tan excesiva presión, la de nunca estar a la altura, aunque realmente ha olvidado el motivo, simplemente se dedica a castigarse, obligarse a llegar a sus límites, y una vez ahí, superarlos, machacarlos, destruirlos. Claro que todo queda enmascarado con la bravuconería que exhibe.

Pero que no se piense que por esa racionalidad, la morena va a ser fría. Se ha dicho que es inexpresiva, pero todo no iba a ser tan fácil, y es que esa falta de expresión se ve muchas veces contrastada con una agresividad que vive prácticamente a flor de piel. Es por ello que se le podría considerar contradictoria, y no se erraría. Además, posee unos cambios de humor casi bipolares, y que apoyan esa imagen agresiva que suele acompañarla, y ya no solo físicamente, pues no dudará en pasar a las manos si la situación lo requiere. Posee buena musculatura y cierta tolerancia al dolor, por lo que no le será difícil, además de ello, los ataques psicológicos le atraen de sobremanera, siendo conocedora de maneras, pudiendo ser tan elegantemente ruda, según la situación y el grado de “nerviosismo” de la conversación en cuestión. Eso quizás, sumado a su porte, y todo lo mencionado anteriormente, le ha valido el título de “chica dura” y es que no se deja amedrentar, vacilar. Si el vecino es chulo, Pansy lo será dos veces más, y así en todos los asuntos, lo que vuelve a remitir en esa autoexigencia.

Si por interés te quiero Andrés, Andrés será querido. Se le podría considerar, en ese sentido, como una mercenaria, que se aliará con quien más le convenga, eso sí, respetando sus puras creencias, quien le ofrezca las más altas posibilidades de ganar, lo que traducido serían ganancias, es más solo se le han conocido dos personas a las que les guarda plena lealtad, Draco y Blaise. Y junto a ello, su falta de principios y de moral. Nada nunca es lo suficientemente poco ético ni lo suficientemente sucio, si hay que hacerlo para conseguir la meta establecida, nunca lo ha sido y nunca lo será.

Antes se ha hablado de autoexigencia, y siguiendo con aquello que le es propio a Pansy, se topa con el egoísmo, se mueve por interés, por su propio interés, y por contadísimas personas es capaz de dar la vida, considera una estupidez el dejarse la vida por alguien que nunca lo recompensará, que probablemente no haría lo mismo, ni por ella ni por nadie. Y junto a ese egoísmo, que no se debe interpretar en el sentido material de la palabra, esta esa faceta suya autoritaria, como una gran dictadora en un cuerpo ligeramente menudo. Le gusta que le obedezcan, mandar, llevar las cuentas, y que se las rindan, sobretodo esto último, aunque bien sabe que ella sola podría con todo y más, pero aún así, el mangonear le sienta estupendamente. Pero no la subestimes, detrás de toda la chulería se esconde una mente brillante, de las primeras de su casa.