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Bellatrix estaba leyendo el Profeta en la cabaña averiado. Fue aproximadamente un mes después que el Departamento de Misterios batalla y los diarios se siguen haciendo historias sobre ella.


Bellatrix soltó un bufido. La gente cree que hay maneras de protegerse a sí mismos, de el Señor Oscuro. Me reiría en su cara si alguna vez me los encontré. Pensó mientras esbozaba una sonrisa maliciosa.
Ella continuamente escaneada el documento, en la búsqueda de historias sobre los muggles que pisoteo hace días desde que el señor oscuro había regresado oficialmente.
Su Señor se había vuelto tan poderoso y fuerte en el último año. Bellatrix le resultaba difícil creer que con su cantidad de supremacía, alguna vez podría ser una caída causada por un adolescente. Una vez más, se echó a reír en voz alta.
Narcissa Malfoy, un visitante frecuente de la vieja casa de campo, se apareció en el centro de la sala. Bellatrix levantó la vista de su papel para reconocer su presencia. Esta vez, fue diferente, frente a Narcissa estaba roja e hinchada, un signo seguro de que ella había estado llorando.

-Cissy ¿Por qué lloras cuando todo el mundo puede ver? - le pregunto de forma sería, y visiblemente molesta de tal signo de debilidad. Por unos instantes, mientras contemplaba los ojos vidriosos de su hermana, trato de recordar una sola vez que ella hubiese derramado una lagrima. La mente de la mujer se quedo en blanco.
Narcissa se mantuvo callada unos segundo y luego respiró hondo para hablar,

-E…el Señor Oscuro, qui…quiere Draco todavía –murmuro con pesadumbre y en su rostro se podía observar una clara angustia.

-¿No te lo dijo antes? –pregunto ella sin parecer preocupada de ver a su hermana en aquel estado tan deprimente.

-No -Narcissa se frunció las cejas y luego se suavizó con su llanto. No podía creer que su hermana se mantuviera tan tranquila al saber que la vida de su sobrino estaba en riesgo. No, si podía, Bellatrix carecía de sentimientos.

-El señor oscuro no quiere que hablemos de esto con nadie, pero comprende Bella, mi Draco es aún muy joven - sus suspiros entre las palabras y las sílabas molesto Bellatrix más con cada frase Narcissa habló. –Y Lucius… -susurro la rubia destrozada, volviendo a llorar. Esta vez sus manos cubrieron su rostro.
-Lucius en mal estado, un montón de grandes planes que el Señor Oscuro tenía para él y ahora está en Azkaban por sus descuidos - Bellatrix miró a su hermana , después de soltar cada una de las palabras de forma envenenada y desdeñosa.

Narcissa descubrió su rostro y luego se limpió las lágrimas con su dedo índice. Ella suspiró profundamente y luego los ojos fijos en Bellatrix. -No debe tomar su enojo con mi hijo y yo.
Bellatrix la miro con odio por unos instantes. Se acerco a ella, deslizándose delicadamente hacia ella, con ese brillo fiero en los ojos. – ¿Cómo te atreves a cuestionar las decisiones de nuestro señor? –le pregunto ella entre siseos, mirándola fijamente a los ojos.

-¿Vas a convencer al Señor Oscuro, o voy a tener que encontrar a alguien más dispuesto? – hablo de manera seria desde que entro en aquella habitación.

-Jamás, date cuenta de que es un honor para Draco, para tu familia que el señor tenebroso haya escogido a Draco para esta misión, que sin duda es de vital importancia –tratando de persuadirla, sus palabras sonaron más suavizadas, pero no perdía aquel aire orgulloso y altivo en su semblante.

-Entonces voy a tener que pedir a otro Mortífago- repuso con decisión la menor de las Black.
-Se les dijo mantenerlo en secreto, Cissy -susurró Bellatrix sombríamente, mientras tomaba a su hermana del brazo, apretándolo con fuerza, casi mostrando los dientes y notando como los ojos comenzaban salirse de sus orbitas por la ira contenida.

-Es por la seguridad de mi hijo. Una madre irá a grandes esfuerzos para proteger a sus hijos. -replicó ella, tratando de zafar su brazo del amarre de Bella. –Severus…

-¿Severus? –la expresión de Bellatrix fue de irritación de incredulidad en cuestión de milisegundos. Soltó a su hermana bruscamente para no encajar las uñas en su brazo.

-Sí- respondió Narcissa en un susurro muy tranquilo.

-Severus no sabe de qué lado está. Un minuto parece estar haciendo ofertas a Dumbledore, y la siguiente estar de rodillas al Señor. Si vas a traicionar al Señor Oscuro, y sus mandatos desobedecer, por lo menos pregunta a alguien que tiene algo de credibilidad! Severo es un traidor, el Señor Oscuro ha estado demasiado ocupado para verlo Escúchame –grito Bellatrix completamente desquiciada y molesta. Si el señor oscuro se enteraba de que andaba divulgando a personas de dudosa confianza, seguramente no dudaría en matar a Draco, sino también a su hermana y a su inútil marido. Y Bella no haría nada para protegerlos.

Al parecer Cissy no escucho ni una palabra dicha por Bella, ya que sin previo aviso, blandió la varita y desapareció. Casi estallando de ira, Bella la siguió, para evitar que su hermana cometiera una tontería.